Y se hunde mi vientre, como buscando mi espalda, como escondiéndose la piel con su piel. Como una estrella de mar estremecida por algún roce de otros ojos con sus ojos, o por alguna piedra incómoda.
Y si cae algún pedazo, algún detalle, que siga viviendo. Y si lo quiere que se haga otra de mí.